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Tipos de empaques y sus características

Los empaques y los envases se caracterizan por ser elementos destinados a la contención, protección y manipulación de diferentes objetos. Ahora bien, pueden estar cumpliendo funciones diferenciadas. Desde Ironpack te contamos sobre los tipos de empaques.

Empaques: primario, secundario y terciario
- Primario
Es el empaque que está en contacto directo con el producto. Por ejemplo, podría ser el envase que contiene la gaseosa.
Para el caso de los empaques primarios, debe contar con toda la información sobre el producto. Por ejemplo, si se trata de comida, todas las características nutricionales, fechas de vencimiento, etc. Es decir, instrucciones referidas al producto, que faciliten su uso o un consumo seguro. En general, es el empaque que vemos.


- Secundario
Es el que agrupa a varios empaques primarios, de modo que su función está orientada sobre todo a facilitar la manipulación y logística.

- Terciario
Está destinado también al agrupamiento, ya que contiene al empaque primario y secundario y su finalidad es la de facilitar el traslado en términos de cantidades especialmente. En este sentido, puede tratarse de una gran caja o contenedor como empaque terciario, que lleva en su interior al empaque secundario, que consiste en cajas de menor tamaño.

El embalaje terciario está orientado a conformar una estructura unitaria. El palletizado también se incluye en este grupo.

Algunas claves de los empaques
- Deben responder a nuestra marca: el empaque no pude “darnos lo mismo”. Además de proteger, el empaque tiene una función “secundaria” pero no menos importante: debe transmitir los valores de nuestro producto y reflejar su calidad.

- No olvidemos las instrucciones o etiquetas con las que debe contar cada empaque, ya que orientan al consumidor y usuario, así como también a quienes se dedican a la logística. Cada empaque tendrá su propia etiqueta de instrucción.

- Cada uno de estos empaques llevará también diferentes tipos de cierre: por ejemplo, en un empaque primario, etiquetas o cintas pueden ser suficientes. En cambio, para un empaque secundario quizás necesitemos un precinto o film.

- El producto debe ser pensado en todo su contexto: tanto desde traslado como de consumo, sólo de este modo podremos estar seguro de qué empaque elegir para garantizar la protección.